martes, 9 de julio de 2013

Excursión al Forau d'Aigualluts (crónica)

Dedicado a Rolan, David y Ramón que lamentablemente se perdieron la excursión, aunque los recordamos en todo momento:

El sábado después de comer tocaba cafecito en casa de Rolan, que esta mañana nos había comunicado la primera mala noticia y no iba a poder asistir a la excursión, con la ilusión que le hacía.

Tomamos café tranquilamente, Rolan, Eva, Jesús G., Mario y yo (Pako). Y aprovechamos para plantear la excursión y todo lo qué le rodeaba. Una vez todo establecido, subimos a comprar algo de comer para la comida / almuerzo del día siguiente durante la excursión. Básicamente algún tentempié y algo para rellenar los bocadillos.

Una vez realizada la compra Jesús, Mario y yo partimos dirección Barbastro, para desviarnos hacia Graus, y luego hacia Benasque, pasando por el congosto del Ventamillo, que, a pesar de estar en obras, si se toma con tranquilidad, no es peligroso, debido sobre todo al buen estado del asfalto y al desvío del tráfico pesado hacia Las Vilas del Turbón. Aún así ese tramo se hace un poco pesado por que es necesario circular a baja velocidad.

Un poco antes de las 20h estábamos en Eriste, llegamos a la recepción y ya nos estaban esperando. Nos entregaron las llaves de las habitaciones, dejamos todo y subimos a Benasque, donde habíamos quedado a echar unas cervezas y unas risas con Ramón y David que ayer habían estado haciendo barranquismo.

Cómo siempre que se está a gusto, el tiempo hasta al hora de cenar pasó rápido mientras hablábamos. Así que volvimos al hotel dónde nos alojábamos y nos reunimos con Jesús y Marta que nos esperaban allí. Ya estaba lista nuestra mesa así que nos sentamos todos juntos. Cuándo vinieron a atendernos nos sorprendió la variedad de platos que había (recuerdo Risotto de setas, espaguetis con gambas, sopa, ensalada de queso de cabra, gazpacho, fajita de verduras con queso de cabra y alguna otra ensalada, de primeros, y los segundos no eran para menos solomillo al roquefort, entrecotte de ternera, chuleta de buey, dorada al horno... y todo ello acompañado de agua y vino de la casa, pan y seguido de una larga lista de postres). Una vez que nos sirvieron lo que nos llamó la atención es lo bueno que estaba todo.

De sobremesa una "charrada" en la terraza, escuchando el rumor del río y el croar de las ranas y mirando las estrellas que en el Pirineo se ven de otra manera. Y pronto a la cama, dónde había mantas ya que por la noche, aunque haga buena temperatura, siempre refresca.

A la mañana siguiente nos levantamos con otra mala noticia, a David le dolía el pie por un percance, no nos impidió disfrutar de un copioso desayuno, con zumos, café con leche, viandas dulces y saladas y hasta unos huevos fritos, que tuvimos que rechazar, nos ofrecieron.

Después de las fotos de rigor, Ramón y David marcharon a curar a este último. El resto partimos por la carretera de Benasque que, una vez dejado a la derecha el desvío hacia Cerler, solo hay que esperar a ver el cartel que indica el desvío al aparcamiento del Hospital. No sin antes hacer una parada en Benasque a comprar pan tierno para acompañar las viandas que portábamos en las mochilas.

Desde el aparcamiento seguimos la pista y tuvimos que cruzar el río Ésera varias veces, debido a que el caudal era muy superior al habitual para la fecha. Aunque no fue una dificultad.


Una vez pasado el tramo del río, que era el más complicado, debido a que la pasada riada había borrado todos los senderos. (Aún así sólo había que seguir en contra del río por la margen derecha). Llegando un poco más adelante a las indicaciones hacia la el Forau y la Besurta.



Seguimos en dirección a la Besurta el camino es muy agradable, ganando altura gradualmente, sin fuertes repechos. La temperatura era alta, aunque las zonas de bosque de pinos nos daban un respiro. Poco después de pasar el Plan d'Estan, llegamos a la Besurta.




Ascendiendo un poco más se veían los picos, que nos rodeaban, en este caso es el propio pico Aiguallut o Escaleta el que se ve al fondo.



Tras una media hora - 40' de caminata, sin ningún tipo de dificultad, alcanzamos el Forau. Como explicamos en entradas anteriores, un fenómeno impresionante donde el agua desaparece como por arte de magia, bajo los limos. 


Unos metros más arriba, se encuentra la cascada o salto de Aigualluts. Un sensacional espectáculo para los sentidos por la cantidad de agua que bajaba, más propia de la primavera que del més de julio.


Cómo no podía ser menos, hicimos la típica foto de equipo, con la bandera de Aragón que nos entregó Rolan. Justo encima de donde parte el salto de agua.


Finalmente ascendimos unos metros más (está contiguo al salto de agua) hasta el Plan d'Aigualluts. Y sobre la planicie, buscamos una sombra en la que relajarnos, comer algo y disfrutar de la naturaleza.


Cómo se ve el agua corría abundante, y había bastante gente en la zona. El verde de la pradera contrasta con la nieve de las cimas, os recuerdo que estamos en julio y la cantidad de nieve es abrumadora. Incluso vimos gente que había bajado esquiando. El agua estaba fría y era complicado meter un poco los pies, pero la sensación era reconfortante.


La vuelta fue rápida, tardamos muy poco en alcanzar el parking dónde estaba el coche, no sin antes refrescarnos un poco en alguna de las múltiples cascadas que se han formado este año debido a la abundancia de agua. 

Al llegar al coche nos cambiamos de calzado y nos pusimos camisetas secas. Para bajar hasta Benasque a hidratarnos un poco y tomar un café antes de emprender el viaje de vuelta. Al final de la tarde estábamos ya en Zaragoza, con una sonrisa de satisfacción.

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